EL SORPRENDENTE AGUILA DE HAAST
El águila de Haast (Harpagornis moorei) es un género y especie extintos de águila que alguna vez habitó en la Isla Sur de Nueva Zelanda. Esta fue el águila de mayor tamaño que se conozca. Su presa principal eran las moas, gigantescas aves no voladores que eran incapaces de defenderse de la fuerza de choque y la velocidad de estas águilas, las cuales podían alcanzar una velocidad de 80 km/h. El gran tamaño del águila puede haber sido una respuesta evolutiva al tamaño de sus presas, ya que habría sido sustancialmente menor cuando arribó a la isla, para luego crecer sustancialmente a lo largo del tiempo debido a la carencia de competencia. El águila de Haast se extinguió por el año 1400 d.C., cuando su principal fuente alimenticia, las moas, fueron cazadas hasta la extinción por los maoríes y la mayor parte de su hábitat de bosques densos fue devastado.

Los restos de un esqueleto del águila gigante (Harpagornis moorei) fueron encontrados por primera vez por Sir Julius von Haast en la década de 1870. Nuevos análisis de los restos, realizados por el profesor Ken Ashwell del Departamento de Anatomía de la Universidad de Nueva Gales del Sur, y un colega del Museo Canterbury, revelan que el ave tenía una pelvis lo suficientemente fuerte como para resistir la fuerza derivada de propinar, en un vuelo en picado de hasta 80 kilómetros por hora, un golpe mortal a una presa.

Un cerebro desproporcionadamente pequeño, y otros rasgos en el águila de Haast, también respaldan la teoría de que el águila gigante evolucionó a partir de un ancestro mucho menor.
La envergadura del depredador, con las alas abiertas, era superior a los tres metros, y su peso de unos 18 kg. Las hembras, mayores que los machos, doblaban en tamaño a las mayor de las águilas actuales. Y poseían unas garras mayores que las de un tigre. "Sin duda era capaz de precipitarse sobre un niño y llevárselo", afirma Paul Scofield, responsable de zoología de vertebrados del Museo de Canterbury. "Y no solo tenía la habilidad de atacar con sus garras, sino que podía juntarlas y atravesar con ellas objetos sólidos, como una pelvis. Su diseño era el de una máquina de matar".

Restos óseos de un águila de Haast.
Para terminar esta aproximación al águila más grande que ha poblado la Tierra, sabemos que nunca fue muy abundante y se cree que durante su máxima expansión no contaba con más de 1000 parejas nidificantes en el sur de la isla de Nueva Zelanda. Y como dato (que no he podido contrastar) se sabe que sus plumas eran de color negro, excepto las de la cabeza que eran de color rojo. Sin duda, queda mucho por descubrir sobre los antepasados de las rapaces y las especies extintas hasta la fecha. En general, la ornitofauna de tiempos pasados sigue siendo muy desconocida, pero estimulante y altamente fascinante. esto para mas informacionotros animales extintos